15 minutos con el Santísimo en formato PDF – Descarga gratuita
Mi querido hijo, no es necesario que seas muy conocedor para impresionarme, simplemente amarme con pasión es suficiente. Háblame con naturalidad, como lo harías con tu madre o hermano. Si necesitas rogar por alguien, dime su nombre, ya sea de tus padres, hermanos o amigos, y luego explícame qué quieres que haga por ellos en este momento. Pide sin miedo, no dudes en hacerlo, aprecio a aquellos corazones generosos que se olvidan de sí mismos para ayudar a los demás. Háblame así, con sencillez y sin rodeos, de los necesitados a quienes quieres dar consuelo, de los enfermos a quienes ves sufrir, de aquellos que han perdido el rumbo y deseas que vuelvan al buen camino, o de los amigos ausentes a quienes anhelas tener de vuelta a tu lado.
