Bendición de los campos: rituales y prácticas en tiempos de pandemia

Uno de los rituales tradicionales más comunes para proteger las cosechas era llevar a cabo una ceremonia de bendición de los campos con agua bendita. Esta ceremonia solía tener lugar durante la primavera, con preferencia en las festividades de la Santa Cruz (3 de mayo) o san Gregorio Ostiense. En su forma más solemne, el sacerdote se situaba en el pórtico o en la campa de la ermita y, utilizando un crucifijo, trazaba el símbolo de la cruz en los cuatro puntos cardinales. Luego, con un hisopo o una rama de laurel mojada en agua bendita, rociaba el aire en todas las direcciones. Finalmente, leía el primer versículo de los cuatro evangelios, mirando hacia cada uno de los puntos cardinales. En algunas ocasiones, el sacerdote también recorría las heredades y los sembrados, bendiciéndolos de forma particular.

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