Guía para el Decenario al Espíritu Santo: cómo rezarlo y su significado
Amén.
Encomendamos a Dios nuestro Señor la protección contra aquellos que nos adversan, para que nos libere y ampare por medio de su sagrada señal, invocando la Trinidad Santa: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Que así sea, con fe y confianza en su poder divino.
Oración para finalizar
¡Ven, Santo Espíritu, y llena los corazones de tus fieles! ¡Enciende en ellos el fuego de tu amor! Ven, oh Santo Espíritu, llena nuestros corazones y haz arder en ellos tu amor. Envía tu Espíritu y será «creada» una nueva renovación en la faz de la tierra.
Oh Dios, tú iluminas los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo. Concede a través de ese mismo Espíritu conocer la verdad y disfrutar eternamente de tus divinos consuelos. Por medio de Cristo nuestro Señor. Amén.
Preparándonos para Pentecostés días de puesta a punto
La costumbre del Decenario es una tradición milenaria de la Iglesia que tiene como fin la preparación para la llegada del Espíritu Santo en Pentecostés. Comenzando diez días antes de la fiesta, el Decenario se convierte en una forma especial de preparación para los fieles.
El inicio de esta tradición se encuentra en la promesa que Jesús hizo a sus discípulos el día de su ascensión, donde prometió enviarles al Paráclito. Como resultado, los discípulos permanecieron en Jerusalén, unidos en oración junto a María.
Estos diez días se convierten en una oportunidad para recordar aquella primera oración en grupo y para prepararnos de la mejor manera posible para recibir al Espíritu Santo en Pentecostés.
Decenario al Espíritu Santo
La víspera de iniciar el Decenario, que es la previa a la gloriosa Ascensión de nuestro Divino Redentor, es el momento ideal para prepararnos, con determinación, para iniciar una vida espiritual y una vez iniciada, no abandonarla nunca. Esto es lo que nos recuerda Francisca Javier del Valle.
Oración para comenzar
¡Ven, Santo Espíritu! Ilumina mi mente para que pueda comprender tus mandamientos. Fortalece mi corazón ante las tentaciones del enemigo y aviva mi voluntad. He escuchado tu llamado y no quiero negarme, ni postergar, ni decir "después...", no quiero esperar a mañana. ¡Nunc coepi! ¡Hoy es el momento! Para no arrepentirme en el futuro. Oh, Espíritu de verdad, de sabiduría, de entendimiento, de consejo, de gozo y de paz, deseo lo que tú deseas, deseo porque tú lo deseas, deseo en la forma en que tú lo deseas, y quiero en el tiempo que tú lo quieras.Consideración para este día
La manifestación del poder de Dios en Pentecostés
El día de Pentecostés, según los Hechos de los Apóstoles, fue testigo de una gran manifestación del poder de Dios. En esa ocasión, el Espíritu Santo descendió en forma de lenguas de fuego sobre los discípulos de Nuestro Señor y la Iglesia inició su camino entre las naciones.
La victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado
Esa jornada fue en la que la victoria de Cristo, obtenida con su obediencia, inmolación en la Cruz y Resurrección, se reveló en toda su divina claridad. Los discípulos, ya testigos de la gloria del Resucitado, experimentaron en sí la fuerza del Espíritu Santo.
El Espíritu de verdad que les hizo comprender todas las cosas
Seguidores de Jesús, habían acogido sus enseñanzas con fe, pero no siempre comprendían su sentido en profundidad. Fue entonces cuando el Espíritu de verdad llegó para darles entendimiento pleno y revelarles la verdad que traía consigo.
De discípulos débiles a apóstoles firmes y audaces
Los discípulos ya no eran los mismos. Antes, habían demostrado flaqueza y miedo al huir y dejar solo a Jesús cuando llegó la hora de la prueba. Sin embargo, tras la venida del Espíritu Santo, se mostraban firmes, seguros y audaces. Ya no temían dar la vida por su Señor.
La palabra de los Apóstoles resuena poderosa en Jerusalén
Bajo la guía del Espíritu Santo, los Apóstoles salieron a proclamar el mensaje de Jesús con fuerza y determinación en las calles y plazas de Jerusalén. Sus palabras resonaron con poder y convirtieron a muchos en seguidores de Cristo.