Descubre cómo convertirte en una verdadera embajadora de Cristo con el llamado de Dios
Ser considerado un "representante de Cristo" es un concepto fascinante. Jesucristo en sí mismo actuó como un embajador, siendo el ejemplo más puro y fiel del reino de Dios ("la verdadera luz", según Juan 1:9).
Convocando a todas como representantes de Cristo
Somos embajadoras de Cristo, llevando a cabo Su propósito en nuestro papel como seguidoras de Jesús. A través de Aviva Nuestros Corazones, Dios nos ha llamado para servir a nuestras comunidades y compartir a Cristo con ellas.
Ninguna de nosotras es especial ni única en este llamado, ya que la Palabra de Dios dice que todos los que profesan a Cristo son embajadores Suyos.
Como seguidoras de Jesús, tenemos el privilegio de conocerle más íntimamente a través del estudio de Su Palabra, la oración y la comunión con otros creyentes. Al acercarnos a Él, Él nos transforma y nos da su gracia, sabiduría y dirección. Poco a poco, nuestras vidas empiezan a reflejar más Su carácter y pensamientos.
Este es el verdadero significado de ser una embajadora de Cristo: ser Su reflejo en nuestro entorno y llevar a otros a conocerle a Él. Entonces, nosotros te imploramos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que busques la reconciliación con Dios a través de Cristo. ¡Únete a nosotras en este llamado y sé una embajadora del amor, la gracia y la verdad de Cristo!
Título Compromiso de los que actúan por Jesús
Saludos amigos, qué privilegio es ser un embajador de Jesucristo. Sin duda, es el mejor trabajo que se puede desempeñar. Tal como nos enseña el Apóstol Pablo en el capítulo cinco de Segunda de Corintios, debemos ser embajadores que representen verdaderamente a Jesús.Es importante recordar, especialmente en estos tiempos en que el mundo parece desintegrarse en tantas maneras, que Dios nos llama a cada uno de nosotros para que a través de su poder y la conexión diaria con el cielo, seamos verdaderos embajadores de Cristo.
En el hermoso capítulo cinco de Segunda de Corintios, encontramos en el versículo 17 que "si alguno está en Cristo, es una nueva criatura, ¡lo viejo ha pasado, y lo nuevo ha llegado!"(2 Corintios 5:17 NVI). Al convertirte en un embajador de Cristo, obtienes unas credenciales maravillosas, ¡eri una nueva criatura en Jesucristo!
El versículo 18 nos dice que "todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo y nos ha confiado el ministerio de la reconciliación" (2 Corintios 5:18 NVI). Y en el versículo 19, se nos recuerda que "todo esto es posible gracias a que Dios reconcilió al mundo consigo mismo en Cristo, y no tomó en cuenta nuestros pecados. Y a nosotros nos dieron el mensaje de la reconciliación"(2 Corintios 5:19 NVI).
Nos convierte en criaturas nuevas y nos confía el importante ministerio de la reconciliación. Sigamos desempeñando este rol con orgullo y dedicación, mostrando al mundo el amor y la gracia de Dios a través de nuestras acciones y palabras.
Rindiendo nuestros corazones limpiados
En el comienzo de nuestro entrenamiento, nos disponemos a alabar y orar a nuestro Señor Jesucristo, abriendo nuestros corazones con humildad. Al cantar, su presencia se acerca y nos mueve a amar a los demás. Aunque éramos desconocidas, nos unimos como hermanas en Cristo, redimidas por nuestro Padre celestial.
Mientras abríamos nuestras Biblias en Números 8, leímos acerca de cómo Dios llamó a los levitas para un propósito especial. Su primer deber fue purificarse y consagrarse al Señor. Aprendimos la importancia de ofrecernos a Su servicio, siendo purificadas por su Palabra y por la sangre de Jesús.
Luego nos adentramos en el libro de Nehemías, que nos reveló su deseo de volver a su tierra natal y ayudar a reconstruir lo que el enemigo había destruido. Siguiendo su ejemplo, aprendimos que debemos estar dispuestas a reconstruir y restaurar lo que ha sido dañado, trabajando juntas con un corazón sincero y decidido.