Escuchemos a Dios: La voz que responde cuando la vida clama
Abramos nuestros corazones para escuchar a Dios, quien nos habla con intensidad. Él nos busca y nos grita a través del dolor del pobre que sufre por falta de alimento, del enfermo que soporta la cruz del sufrimiento, de la mujer que lucha por igualdad, del niño que anhela un abrazo, del anciano que ha sido olvidado y del migrante que no tiene un hogar ni paz.
¡Oigamos su voz! ¡Escuchemos a Dios! Nos habla también a través de aquellos que comparten las Buenas Nuevas, de aquellos que entregan su vida sirviendo a sus hermanos, de quienes buscan la paz y construyen el Reino, de los que luchan por un mundo mejor, de aquellos que muestran amor y solidaridad a los heridos.
¡Atiendamos sus palabras! ¡Escuchemos a Dios! Él nos habla a través de su Palabra, que narra su amor por el mundo, del pan compartido que es memoria y predicación de su mensaje, del silencio, el desierto y la contemplación. También nos habla en nuestra búsqueda de belleza, bondad y verdad, en cada átomo, en cada ser humano y en la inmensidad del universo, y en el corazón que habita en nuestro interior.
¡Prestemos atención! ¡Escuchemos a Dios en cada momento!