Por qué eligieron incluir solo ciertos pasajes en el evangelio y no otros
Los evangelios son considerados la base de la fe cristiana, ya que nos hablan de la vida, enseñanzas y milagros de Jesús de Nazaret. Sin embargo, muchos se preguntan por qué solo cuatro de ellos fueron incluidos en la Biblia, mientras que otros, como el Evangelio de Tomás, fueron catalogados como apócrifos. En este artículo, exploraremos cómo se tomaron las decisiones sobre qué evangelios y libros debían formar parte de la Biblia, cuáles eran las intenciones de los evangelistas y cuál fue la reacción de los primeros discípulos ante la llamada de Jesús. Además, veremos cómo se dividen los libros canónicos y qué características tienen los evangelios apócrifos. Acompáñanos en este viaje por la historia y el contexto en el que se eligieron los pasajes que hoy en día son considerados fundamentales en la vida de todo cristiano.
La importancia de la selección de pasajes en el evangelio: una mirada crítica
La selección de pasajes en el evangelio siempre ha sido una práctica común entre las diferentes confesiones cristianas. Sin embargo, ¿hasta qué punto esta selección puede influir en nuestra interpretación del mensaje de Jesús?
En primer lugar, debemos tener en cuenta que el evangelio es una compilación de diferentes relatos y enseñanzas sobre la vida y obra de Jesús. Por lo tanto, la selección de pasajes puede ser determinante a la hora de enfocar la perspectiva que queremos transmitir.
Por ejemplo, si queremos resaltar la figura de Jesús como un maestro sabio y amoroso, es posible que nos centremos en los pasajes en los que predica el amor al prójimo y la misericordia. Por el contrario, si queremos mostrar su lado más combativo y crítico, nos enfocaremos en los pasajes en los que cuestiona las autoridades religiosas de su época.
Es importante tener en cuenta que esta selección de pasajes puede llevar a una interpretación parcial y limitada del mensaje de Jesús. Al centrarnos únicamente en ciertas enseñanzas y hechos, podemos perder la riqueza y complejidad de su figura y su mensaje.
Además, debemos ser críticos con la selección de pasajes que se presentan en las diferentes corrientes teológicas. Es común que cada una seleccione aquellos pasajes que apoyan su doctrina y los interprete de acuerdo a sus propias creencias. Esto puede llevar a una interpretación sesgada y manipulada del evangelio.
Es responsabilidad de cada persona leer y analizar el evangelio en su totalidad, sin dejarse llevar por interpretaciones parciales y preconcebidas. Debemos estar abiertos a diferentes perspectivas y tener en cuenta el contexto histórico y cultural en el que fueron escritos los evangelios.
Debemos ser críticos y no conformarnos con una interpretación limitada y parcial del mensaje de Jesús. Solo así podremos comprender su verdadera enseñanza y ponerla en práctica en nuestras vidas.
Los criterios para la elección de los cuatro evangelios
Desde los inicios del cristianismo, los evangelios han sido una pieza fundamental en la fe y en la doctrina cristiana. Estos relatos de la vida de Jesús son considerados sagrados y es por ello que su elección fue un proceso cuidadoso y riguroso. En este artículo, hablaremos sobre los criterios que se tuvieron en cuenta para elegir los cuatro evangelios canónicos.
1. Antigüedad: La antigüedad fue uno de los criterios más importantes para la elección de los evangelios. Se prestó especial atención a aquellos relatos que se consideraban más cercanos en el tiempo a la vida de Jesús. Por ello, los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, que fueron escritos entre los años 50 y 100 d.C., fueron los seleccionados. 2. Ortodoxia: Otro criterio fundamental fue la ortodoxia. Se buscaba que los evangelios no se desviaran de la doctrina de la Iglesia y que estuvieran en línea con la fe cristiana. Esto se refleja en la elección de los evangelios canónicos en comparación con otros textos más heterodoxos, como el evangelio de Judas o el evangelio de Tomás. 3. Autoridad apostólica: Los evangelios canónicos fueron escritos por autores que tuvieron contacto directo con Jesús o con los apóstoles. Por ello, se considera que cuentan con una autoridad apostólica, lo que los hace más valiosos y confiables que otros relatos posteriores que no cumplieron con este criterio. 4. Universalidad: Finalmente, otro criterio importante fue la universalidad. Los evangelios seleccionados fueron aquellos que se extendieron por toda la comunidad cristiana y que no se limitaron a una región específica. Esto garantizaba que los evangelios fueran conocidos y aceptados por todos los creyentes.Como podemos ver, la elección de los cuatro evangelios canónicos no fue al azar, sino que se basó en criterios sólidos y coherentes. Estos criterios nos ayudan a comprender la importancia y la fiabilidad de los evangelios para la fe cristiana y su relevancia en la vida de los creyentes hasta el día de hoy.
La intención de los evangelistas al escribir los evangelios
Los evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan son los cuatro autores de los evangelios que encontramos en el Nuevo Testamento de la Biblia. Cada uno de ellos tiene un enfoque diferente en su relato de la vida y enseñanzas de Jesús, pero ¿cuál fue la intención que tuvieron al escribir estos textos sagrados?
Para entender la intención de los evangelistas, es importante tener en cuenta el contexto histórico en el que vivían. En el siglo I, cuando se escribieron los evangelios, el cristianismo era una religión perseguida y los seguidores de Jesús eran considerados una secta judía. La misión de los evangelistas era transmitir las enseñanzas de Jesús a las comunidades cristianas y fortalecer su fe en medio de la persecución.
Sin embargo, además de esta misión principal, cada evangelista tenía un propósito específico al escribir su evangelio. Mateo, como antiguo recaudador de impuestos, quería demostrar que Jesús era el Mesías prometido en las Escrituras judías. Por esta razón, en su evangelio hace énfasis en las profecías cumplidas por Jesús y su conexión con el Antiguo Testamento.
Por su parte, Marcos se enfoca en mostrar a Jesús como un hombre de acción, un servidor y un líder fuerte para animar a los cristianos perseguidos a seguir su ejemplo y no desfallecer en la fe.
Lucas, un gentil convertido al cristianismo, escribió su evangelio con el fin de mostrar que Jesús vino a salvar a todos los pueblos y no solo a los judíos. Por esta razón, en su relato encontramos más detalles sobre los milagros de Jesús y su compasión por las personas marginadas de la sociedad.
Finalmente, el evangelio de Juan tiene una perspectiva teológica más profunda, mostrando a Jesús como el Hijo de Dios y su papel como el único camino hacia la salvación. Además, Juan enfatiza en la relación personal que se puede tener con Jesús y su amor incondicional.
Cada uno de ellos tenía su propio enfoque y estilo, pero todos tenían un mismo propósito: llevar a las personas a conocer y creer en la vida y enseñanzas de Jesús.
El proceso de selección de los libros de la Biblia
La Biblia es uno de los libros más importantes en la historia de la humanidad, y su proceso de selección es un tema fascinante que ha despertado la curiosidad de estudiosos por siglos.
La Biblia está compuesta por 66 libros en su versión protestante, y 73 en la versión católica. Pero, ¿cómo se decidió qué libros formarían parte de la Biblia y cuáles no? ¿Quiénes fueron los encargados de tomar estas decisiones?
El proceso de selección de los libros de la Biblia se dividió en dos partes: la selección de los libros del Antiguo Testamento y la selección de los libros del Nuevo Testamento.
Selección del Antiguo Testamento
Los judíos fueron los primeros en escribir los libros sagrados que conforman el Antiguo Testamento. Estos libros eran considerados sagrados y eran utilizados por el pueblo judío para enseñar y transmitir su fe.
Siglos después, los cristianos adoptaron estos libros como parte de su propia tradición y los consideraron igualmente sagrados. Sin embargo, surgieron algunas dudas y debates sobre qué libros debían ser considerados parte del Antiguo Testamento.
Durante el Concilio de Jamnia (90 d.C.), un grupo de expertos en teología judía se reunió para decidir qué libros debían ser incluidos en la Biblia hebrea. Fue en este concilio donde se estableció la lista canónica de los 39 libros del Antiguo Testamento que conocemos hoy en día.
Selección del Nuevo Testamento
El proceso de selección de los libros del Nuevo Testamento fue un poco más largo y complejo. En los primeros siglos de la historia cristiana, surgieron muchos escritos y cartas que pretendían ser considerados sagrados.
Fue hasta el siglo IV cuando se llevó a cabo un concilio en Listra, Frigia, donde se decidió de manera definitiva cuáles eran los libros que conformarían el Nuevo Testamento. Se consideraron aspectos como la autenticidad, la coherencia con la doctrina cristiana y el uso en la iglesia.
La selección final fue ratificada en el Concilio de Cartago (397 d.C.), donde se estableció la lista canónica de los 27 libros del Nuevo Testamento.
Gracias a su labor, tenemos hoy en día una colección de libros sagrados que han sido transmitidos y estudiados por generaciones.