Por qué Mateo 7:7 nos habla de pedir, buscar y llamar al Señor
En el capítulo 7 del Evangelio de Mateo, Jesús nos enseña una importante lección sobre la oración y la búsqueda de Dios. En los versículos 7 al 11, el Señor nos invita a pedir, buscar y llamar al Padre celestial, confiando en que Él nos dará lo que necesitamos. Pero, ¿qué significa realmente esto? ¿Quién recibe al pedir, quién encuentra al buscar? De acuerdo con la Palabra de Dios, aquellos que buscan a Dios con sinceridad y confían en Él, serán escuchados y encontrarán lo que necesitan. En este artículo, nos adentraremos en la enseñanza que nos brinda Mateo 7:7-12 y descubriremos por qué debemos seguir esta instrucción del Señor en nuestra vida de oración. ¡Acompáñanos en esta reflexión del Evangelio de Mateo 7:7!

La importancia de pedir, buscar y llamar a Dios según Mateo 7:7
En el capítulo 7 del Evangelio de Mateo, Jesús nos da una enseñanza muy importante sobre la oración y la relación con Dios. En este versículo, nos invita a pedir, buscar y llamar a Dios, con la promesa de que seremos escuchados y respondidos.
Esta enseñanza es especialmente relevante en nuestro tiempo, en el que la sociedad nos bombardea con voces y opciones que nos distraen de lo verdaderamente importante. Muchas veces nos olvidamos de la importancia de tener una comunicación constante con Dios y de recurrir a Él en momentos de dificultad.
Pedir, buscar y llamar a Dios no es solo rezar en momentos de angustia, sino tener una relación íntima con Él a lo largo de toda nuestra vida. Al pedir, estamos reconociendo que necesitamos la ayuda divina y que confiamos plenamente en su benevolencia. Al buscar, estamos mostrando nuestro deseo de conocer más a Dios y su voluntad para nuestras vidas. Y al llamar, estamos estableciendo una conexión directa y personal con nuestro creador.
Es importante recordar que esta enseñanza de Jesús se aplica a todas las áreas de nuestra vida, no solo en momentos de necesidad. En todo momento debemos pedir, buscar y llamar a Dios, para que su presencia y amor nos guíen en todo lo que hacemos.
En la sociedad actual, muchas personas creen que no necesitan a Dios en sus vidas, o que pueden tener una relación con Él sin necesidad de seguir sus enseñanzas. Sin embargo, el mensaje de Jesús es claro: para tener una vida plena y verdaderamente feliz, es necesario estar en comunión constante con nuestro Creador.
No importa quiénes seamos ni cuáles sean nuestras circunstancias, siempre podremos pedir, buscar y llamar a Dios, y Él estará allí para escucharnos y guiarnos en el camino correcto.
Así que no esperemos a tener problemas para acudir a Dios, sino que hagamos de la oración y la búsqueda de su presencia una parte esencial de nuestras vidas. Solo así podremos experimentar la verdadera paz y felicidad que Él desea para nosotros.
"Pidan, y se les dará, busquen, y encontrarán, llamen, y se les abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe, y el que busca, encuentra, y al que llama, se le abrirá." (Mateo 7:7-8)
¿Por qué es importante pedir y buscar a Dios en nuestra vida?
Dios es un tema que puede ser controversial para muchas personas, pero no se puede negar que la mayoría de las personas en algún momento de su vida se han cuestionado sobre su existencia y su papel en nuestras vidas.
Pedir y buscar a Dios en nuestra vida no solo implica creer en una entidad divina, sino también estar en búsqueda constante de su guía, amor y propósito para nosotros.
Dios nos brinda fortaleza y esperanza en momentos difíciles, nos da paz y consuelo cuando nos sentimos perdidos y nos llena de amor incondicional. Pero también nos reta a ser mejores personas, a ayudar a los demás y a tener una vida de significado y propósito.
Al pedir y buscar a Dios, abrimos nuestras mentes y corazones a una fuerza superior que nos puede ayudar a superar obstáculos y desafíos que de otra manera podrían parecernos imposibles.
Incluso en la época actual, en la que la sociedad está cada vez más alejada de la religión, es importante recordar que Dios puede ser una fuente de luz y esperanza en un mundo lleno de caos y oscuridad.
No importa la religión que profesemos, pedir y buscar a Dios en nuestra vida es una manera de cultivar nuestra espiritualidad y encontrar un sentido más profundo en las diferentes situaciones que enfrentamos en nuestro día a día.
Así que, sin importar nuestras creencias personales, es importante abrir nuestro corazón y mente a Dios y dejar que nos guíe por el camino de la vida.
La oración según Mateo 7:7-11
En el capítulo 7 del evangelio de Mateo, Jesús enseña a sus discípulos sobre la oración. Comienza con una invitación a pedir, buscar y llamar al Señor, pues promete que quien pide recibe, quien busca encuentra y quien llama es atendido.
Jesús compara la petición a un hijo que pide algo a su padre: si el hijo le pide pan, ¿le dará una piedra? Sin duda, el padre le dará lo que necesita y más aún, porque es bueno y ama a su hijo. De la misma manera, Dios nuestro Padre celestial nos dará lo que le pidamos con fe y en conformidad a su voluntad.
Es importante notar que Jesús no promete que recibiremos todo lo que queramos, sino todo lo que necesitamos. Él conoce nuestras verdaderas necesidades y su amor es tan grande que nos da lo mejor para nuestras vidas, aunque a veces no entiendamos sus planes.
La oración debe ser una conversación honesta con Dios, no una lista de deseos egoístas. Debemos acudir a él en humildad y confianza, sabiendo que él nos escucha y nos responde. Jesús también nos anima a perseverar en la oración, incluso cuando parece que Dios no nos está escuchando. Recordemos que su tiempo y sus planes son perfectos.
Así que no dudemos en acudir a él en todo momento, pues su amor y su poder son infinitos.
Cómo el versículo Mateo 7:7 nos enseña a acercarnos a Dios
En la vida, hay momentos en los que nos sentimos perdidos, confundidos o necesitados de algo más grande que nosotros mismos. Es en esos momentos cuando muchas personas recurren a la espiritualidad y buscan a Dios como una fuente de guía, consuelo y fortaleza. Sin embargo, a veces puede ser difícil saber cómo acercarnos a Él y abrir nuestro corazón para recibir su amor y sabiduría.
En medio de esta búsqueda, el versículo Mateo 7:7 nos da una pista invaluable sobre cómo podemos acercarnos a Dios de manera efectiva: "Pedid, y se os dará, buscad, y hallaréis, llamad, y se os abrirá".
Pedir es una acción esencial en nuestra relación con Dios. Significa que reconocemos nuestra necesidad y que confiamos en Él para suplirla. Pedir no solo se trata de hacer una lista de deseos, sino de abrir nuestro corazón y hablarle a Dios con sinceridad y humildad. Al pedir, demostramos nuestra fe y dependencia en Él.
Buscar implica un esfuerzo activo de nuestra parte. No podemos esperar acercarnos a Dios si no nos movemos hacia Él. Buscar se trata de dedicar tiempo y energía para conocer más sobre Dios y su voluntad para nuestras vidas. Esto puede incluir leer la Biblia, orar, asistir a servicios religiosos y conectarnos con otros creyentes.
Llamar es el acto de invocar a Dios y pedirle una respuesta específica. A través de la oración, podemos llamar a Dios y pedirle que nos guíe, nos proteja y nos bendiga. Este es un recordatorio de que Dios está siempre presente y dispuesto a escuchar nuestras peticiones y responderlas de la mejor manera.
El versículo Mateo 7:7 nos enseña a ser activos y proactivos en nuestra relación con Dios. No debemos esperar pasivamente a que Él nos encuentre, sino que debemos buscarlo y pedirle su ayuda y guía. Al hacerlo, abrimos la puerta para recibir su amor y su voluntad en nuestras vidas.
A través de la práctica de pedir, buscar y llamar, podemos experimentar una relación más profunda y significativa con nuestro Creador.