Novena al Padre Pío día 6: Oraciones para honrar a San Pío de Pietrelcina
Te pedimos, Señor nuestro Dios, que nos protejas de nuestros adversarios mediante la señal sagrada de la Cruz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oraciones a San Pío de Pietrelcina La Novena Sagrada
Líbranos de nuestros enemigos, Señor, Dios nuestro, por la señal de la Santa Cruz. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.Mi amado Jesús, me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy. Me pesa de todo corazón haber ofendido a un Dios tan bueno. Con firme determinación, prometo no volver a pecar y confío en tu infinita misericordia, que me concederá el perdón de mis culpas y me llevará a la vida eterna. Amén.
En el sexto día de la Novena, dedicaremos nuestra reflexión al gran amor que el Padre Pío sentía por la Santísima Virgen María. Su devoción a ella era profunda y constante, y siempre la consideró como su madre celestial, reina y intercesora. Aprendamos de él a amar y honrar a la Santísima Virgen como él lo hizo, confiando en su amor y protección en nuestro camino hacia Dios.Jornada VI de la novena dedicada a San Pio de Pietrelcina
Únete a nuestra oración en este quinto día de la novena a San Pio de Pietrelcina. Oh santo Padre Pío, ruega por nosotros.
Has venido a mi encuentro como Padre y amigo. Jesús, no me dejes solo. Señor, quédate conmigo.
Soy un peregrino, sin rumbo en un mundo envuelto en tinieblas. Anhelo tu luz y tu gracia. Señor, quédate conmigo.
En este momento de profunda unión contigo, Señor, me aferro a ti. Que esta comunión sea eterna. Señor, quédate conmigo.
Acompáñame a lo largo de mi vida. Mi corazón anhela tu presencia. Sin ti, no soy nada y caigo. Señor, quédate conmigo.
Que en la noche de mi vida, corra hacia ti como un río hacia el mar profundo de la muerte. Señor, quédate conmigo.
Sé mi fortaleza en los momentos de sufrimiento y alegría. Mientras viva y...
Oh santo Padre Pío, desde niño te ofreciste como víctima por los demás. Dios aceptó tu deseo y en San Giovanni Rotondo te transformó en "otro Cristo" sufriente. Tus luchas interiores son un testimonio de tu entrega total a Dios: "¿Quién podrá comprender el martirio que sufría en mi interior? El solo recuerdo de esas luchas íntimas me congela la sangre en las venas. Escuchaba la voz que me llamaba a obedecerte, Dios mío, pero tus enemigos me atormentaban, me desgarraban los huesos y retorcían mis entrañas...". Hasta que un día, tu cuerpo se cubrió de llagas, cumpliendo tu deseo de ser víctima por...
Completa Novena dedicada al Padre Pío
En esta sexta jornada de la novena al Padre Pío, es importante reflexionar sobre el amor que debemos brindar a la Virgen María, nuestra madre celestial y guía en la vida. Para el Padre Pío, ella fue una luz en medio de sus batallas espirituales. Su arma favorita era el Rosario. Sigamos su ejemplo de amar a María con todo nuestro ser. A través de la humilde oración al fraile capuchino, podremos encontrar consuelo y esperanza para superar las dificultades de la vida.
Qriswell Quero es un venezolano comprometido con la fe y la difusión del Evangelio. Casado, padre de familia, servidor, ingeniero y misionero creyente en que siempre hay oportunidades de comenzar de nuevo. Quien tiene a Dios en su corazón, nada lo detiene.
Mi presencia perdurará incluso tras partir de este mundo
Con la señal de la Santa Cruz+rodeándonos+te imploramos, Señor, nuestro Dios+En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo+
Paternidad generosa y misericordiosa, manantial inagotable de vida y alegría, te suplico, por la intercesión de san Pío de Pietrelcina, que me hagas semejante a él: sencillo y humilde, libre y feliz, pobre y diligente.
Porque tengo plena confianza en tu amor y en tu gracia, hoy te ofrezco con libertad todo lo que soy y poseo, confío mi pasado a tu compasión, encomiendo mi futuro a tu provisión y me quedo en calma viviendo un día a la vez.
Sexto Día
Mi amado Jesús, mi Señor y mi Redentor, me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta este día. Lamento profundamente haber ofendido a un Dios tan bondadoso con mis acciones. Prometo firmemente no volver a caer en la tentación y confío en tu infinita misericordia para recibir el perdón por mis faltas y alcanzar la vida eterna al final de mis días. Amén.
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Anhelamos tu reino en nuestras vidas y deseamos cumplir tu voluntad tanto en la tierra como en el cielo. Danos cada día nuestro sustento y perdona nuestras transgresiones, así como nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden. No permitas que caigamos en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Tú eres bendecida entre todas las mujeres y bendito es tu hijo, Jesús, fruto de tu vientre.
Oración final
Querido Señor, imploro tu gracia para seguir el ejemplo de San Pío de Pietrelcina en su amor incondicional por Jesús crucificado, la Sagrada Eucaristía, la Santísima Virgen y los pecadores. Con tu ayuda, deseo cambiar mi mente y mi corazón, ya que en ocasiones no reflejo ser verdaderamente tu hijo.
Te ruego, Señor, por la conversión de aquellos, como yo, que somos pecadores. En esta novena, me uno al Santo Padre Pío en su deseo de salvación universal, solidarizándome con mis hermanos y emprendiendo junto a ellos un camino de conversión sincera.
Concédeme la gracia de cumplir tus mandamientos, alimentando al hambriento, dando de beber al sediento, vistiendo al desnudo, alojando al forastero, visitando al enfermo y al encarcelado, reconociéndote y honrándote en la belleza de tu creación. Y en el final de los tiempos, permíteme disfrutar del banquete que tienes preparado. Junto al Padre Pío y mis seres queridos, anhelo glorificarte eternamente en tu reino de gloria. Amén.
RECURSOS DE UTILIDAD
Descansa tus problemas en Dios con citas bíblicas, la sabiduría divina puede ser tu guía en los momentos difíciles. En tiempos turbulentos, no dudes en consultar estas palabras sagradas que te brindarán consuelo y fortaleza. La Palabra de Dios siempre estará presente para guiarte en tu camino hacia la paz y la esperanza.Reflexión y oración
Desde su infancia, el Padre Pío siempre tuvo un amor sincero y cercano hacia la Virgen María. Cuando se convirtió en sacerdote, se entregó completamente a ella, considerándola "Dulcísima Madre de los sacerdotes, mediadora y dispensadora de todas las gracias". Cada vez que pasaba frente a una imagen de la Virgen, la saludaba con estas palabras: "Te saludo, María, saluda a Jesús de mi parte". Él celebraba el mes de mayo con gran fervor, considerándolo como el mes de las gracias. Solía decir: "Quisiera tener una voz poderosa para invitar a todos los pecadores del mundo a amar a la Virgen".
"Su amor por la Virgen era inmenso", cuenta un sacerdote. Recuerdo que una vez, en la fiesta de la Asunción, le pedimos al Padre Pío que nos diera un pensamiento sobre esta celebración. Su rostro se iluminó y, con lágrimas en los ojos, dijo: "Hijos míos, amemos a la Virgen, ella es nuestra Madre". Su amor era tan intenso que nos conmovió profundamente y también nos hizo llorar.
El Padre Pío consideraba el Santo Rosario como su arma preferida. Siempre lo llevaba enrollado en su mano o en el brazo, como si fuera un arma lista para ser empuñada en todo momento.