de Perdona a tu pueblo Señor

Te pedimos perdón, Señor, por las faltas cometidas por tu pueblo, ese que tú tan bien conoces y amas. Aunque tratamos de seguirte y buscarte, a veces nos olvidamos de tu grandeza y nos perdemos en el conflicto. Por eso, hoy te imploramos: ¡Perdónanos, Señor! Reconocemos que no siempre hemos sabido expresar nuestra gratitud por todo lo que nos has brindado. Perdona, Señor, a tu pueblo, cuya fe se ve opacada por las preocupaciones cotidianas. Ayúdanos a ser conscientes de tu presencia en nuestros hogares y labores diarias. Perdónanos, Señor, y permítenos apreciar tus maravillosas obras en la vida de los más vulnerables, como los niños, ancianos y enfermos. Esta es nuestra súplica, inspirada en la letra de una hermosa canción católica.

perdona a tu pueblo señor letra

SALMO

El destino de los impíos y los agentes del mal

Es inevitable que los impíos broten como hierba y que los agentes del mal florezcan en abundancia. Sin embargo, su aparente éxito está destinado a ser su perdición final.

Con todo, tú, Yahveh, reinas por encima de todo, por los siglos de los siglos. Tu soberanía es inquebrantable e inmutable.

Observa cómo tus enemigos caen y se desvanecen, dispersándose y siendo exterminados. Nadie puede oponerse a tu poder y justicia, ya que siempre triunfas sobre el mal.

SALMO

Yahveh es nuestra roca fiel, desde la cual brotan bendiciones y flores en su sagrada Casa. Aún en la vejez, los que le siguen continúan dando frutos y su vitalidad se mantiene intacta para siempre. El propósito de esta bendición eterna es proclamar la rectitud de nuestro Dios, quien está libre de falsedad.

SALMO

¡Venid, cantemos gozosos al Señor, aclamemos a la Roca de nuestra salvación!

Perdona a tu Pueblo Señor

Con acciones de gracias vamos ante él, aclamémosle con salmos.

Pues Yahveh es un Dios grande, Rey grande sobre todos los dioses,

SALMO

¡Oh Yahveh, tu poder me llena de júbilo con cada acto que realizas! Grito al contemplar las obras de tus manos y proclamo: "¡Qué magníficas son tus acciones, Yahveh, y qué profundos son tus designios!" A pesar de esto, los necios no comprenden, los insensatos no pueden entender estas verdades.

SALMO

Las honduras de la tierra están en sus manos, y también las cumbres de los montes son suyas. Él mismo es el creador del mar y de la tierra firme que sus manos moldearon. Así que, entremos y adorémosle, prosternándonos en reverencia ante Yahveh, quien nos ha formado.
Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, su rebaño bajo su cuidado.

SALMO

Mi espíritu se eleva como el de un búfalo gracias a ti, me cubres con aceite nuevo, las miradas hostiles no pueden afectarme, mis oídos ignoran las palabras de los malvados. Así como la palmera florece y el cedro del Líbano crece, así también el justo prospera.

SALMO

Glorificad a Dios en su templo, exaltadle en el cielo de su poder. Enaltecedle por sus proezas inigualables, honradle por su colosal magnitud.

Entonad cánticos con sonido de trompeta, celebradle con el sonido armonioso del arpa y la cítara,

Applaudid a Dios en el lugar donde habita, proclamad su grandeza en el espacio de su fortaleza. Admirad sus grandes logros, rendid tributo por su inmensa grandeza.

Cantadle con la melodiosa música del Clarín, acompañad con arpa y cítara,

SALMO

Alabanza a Yahveh

Que su nombre sea alabado con la melodía del tambor y la alegría de la danza.

Perdona a tu pueblo, Señor

Que su grandeza sea proclamada con las notas del laúd y la dulce melodía de la flauta.

Que su gloria sea celebrada con el resonar de los címbalos, y su majestad con suaves címbalos de aclamación.

¡Que todo lo que respira alabe a Yahveh!

¡Aleluya!

Artículos relacionados

Deja un comentario