Pobre de espíritu: características y significado según la Biblia
Al ver a la gran cantidad de personas presentes, decidió ascender a la montaña. Sus discípulos lo siguieron y, una vez que se sentó, comenzó a enseñarles. Con sus palabras, les transmitía el siguiente mensaje: "Dichosos aquellos que tienen una humildad espiritual, ya que de ellos es el reino celestial".
Espiritualidad
Siguiendo la traducción de una versión en francés, presentaremos a continuación el primer capítulo de la obra de Juan Tauler, "Imitación de la vida pobre de Nuestro Señor Jesucristo". Este texto ensalza la importancia de vivir una vida humilde y sencilla, siguiendo el ejemplo de Jesús.
Tauler nos invita a reconocer la humildad de Dios, que se hizo hombre y se sometió a una vida de pobreza, renunciando a toda riqueza y comodidad. En palabras del autor, "la palabra, la sabiduría y el poder de Dios, que creó todas las cosas, asumió la forma de un siervo y sufrió hambre y sed, frío y cansancio, y todo ello por amor a nosotros"[1]. Estas acciones demuestran que la verdadera grandeza no se encuentra en la acumulación de bienes materiales, sino en la generosidad, la bondad y la humildad.
Tauler nos recuerda que vivir en la pobreza es un acto de imitación de la vida de Jesús. Sigue diciendo que "no podemos seguir el camino de la fe y la santidad si no estamos dispuestos a vivir en pobreza y humildad, ya que la verdadera vida de Cristo es la vida pobre"[1]. Es decir, si queremos ser verdaderos seguidores de Jesús, debemos estar dispuestos a dejar atrás las riquezas materiales y centrarnos en cultivar nuestra espiritualidad y humildad.
El autor también nos advierte sobre las tentaciones del mundo, que nos impulsan a buscar comodidades, reconocimiento y poder. Tauler nos alerta que "el diablo tienta y atrae con sus riquezas y honores, pero el que ha renunciado a estas cosas y sigue a Cristo en pobreza y humildad, es más sabio y más feliz que el que posee todos los tesoros del mundo" [1]. Es por ello que debemos ser fuertes y no sucumbir a las tentaciones del mundo, si queremos caminar en el verdadero camino de la santidad.
El autor nos recuerda que la verdadera grandeza se encuentra en la sencillez, la generosidad y la humildad, y que debemos estar siempre alertas frente a las tentaciones del mundo. Sigamos el ejemplo de Cristo y vivamos una vida de pobreza y sencillez, pues en ella encontraremos la verdadera felicidad y el camino hacia la santidad.
Desligamiento de los tesoros terrenales
Nuestra perfección no se limita únicamente a la libertad y el desprendimiento del ser interior, sino también a la pobreza externa. No solo somos seres humanos en términos de alma, sino también en cuanto al cuerpo. Por lo tanto, no es suficiente ser libre y desprendido interiormente, también es necesario, en la medida de lo posible, serlo externamente. Solo cuando tanto el ser interior como el exterior se entregan con todas sus fuerzas a la virtud de la pobreza, que es la esencia de la perfección, se puede lograr la perfección. Sin embargo, una vez que todo ha sido renunciado, ¿qué debe hacer una persona perfecta cuando se le otorgan bienes temporales en abundancia?
Debe aceptarlos sin abandonar su pobreza, es decir, sin apegarse a ellos. No debería considerarse más rico por los mayores o menores bienes que se le han concedido, ya que solo Dios es su verdadera riqueza, no los bienes terrenales.
Pero, ¿debe siempre aceptar todo lo que se le da? Primero, debería considerar quién es el que ofrece. ¿Es una persona pobre, uno de esos seres humanos desprovistos de bienes materiales pero rico en amor, que siente la necesidad de darlo todo? ¿O es alguien que simplemente quiere hacer un gesto por cariño? En ambos casos, especialmente en el último, no debe aceptar nada. Deja que el donante haga lo que quiera con sus bienes, pero tú debes mantenerte libre. Ahora bien, si es una persona rica en el exterior, ¿cómo debería actuar?
La Esencia de la Auténtica Humildad Interna
La máxima excelencia del ser humano proviene de una auténtica y completa humildad espiritual. ¿Acaso no es la propia humildad espiritual la verdadera y más elevada perfección? Es fundamental aprender y comprender su esencia, su significado y alcance. Esta humildad radica en ser como Dios. Dios es un ser independiente de todas las criaturas, con su propia esencia, una fuerza libre, un acto puro. Por lo tanto, si la auténtica humildad espiritual es semejanza con Dios, entonces...
La humildad del alma nos asemeja al Ser Supremo en su autarquía
¿Es posible? Esa es vuestra pregunta. Pues en realidad, todo está conectado entre sí, ¿acaso sólo el que es humilde de espíritu no depende de nada creado? En efecto, esa es la verdad: no depende de ninguna criatura, no se aferra a ninguna de ellas, todo lo creado está por debajo de él, sólo depende de lo que está por encima de todo, de lo que san Agustín llama la más elevada realidad, es decir: Dios. Sólo está aferrado a Dios, la verdadera humildad de espíritu sólo se orienta hacia Dios, sólo depende de Él y nada más. Y, por medio de esta humildad,...
Algunos sostienen que la humildad de espíritu más alta, verdadera y pura, se logra cuando el ser humano vuelve a ser lo que era antes de existir. Afirman que en ese estado, no había voluntad, era como estar con Dios en Dios. -Para que eso sea cierto, tendría que ser posible. Sin embargo, el ser humano, como ser creado, necesita imperativamente una inteligencia y una voluntad: debe conocer a Dios y amarlo. Toda su felicidad depende de eso, como lo enseña el discípulo amado san Juan: La vida eterna consiste en reconocer...
A partir de entonces, dado que el ser humano debe conocer y amar a Dios, ¿cómo puede alcanzar la humildad de espíritu en este conocimiento y amor a Dios? A esto respondo diciendo que puede alcanzarla si conoce a Dios por Él mismo, si lo conoce y ama por su propia causa, si este conocimiento y amor están dirigidos exclusivamente hacia Él. Solamente este conocimiento y amor nos brindan felicidad y nos garantizan la vida eterna. Conocer a Dios a través de imágenes, formas y representaciones que llegan a nosotros a través de nuestros sentidos, no produce felicidad alguna,...
Libertad de las existencias tangibles e incluso de las manifestaciones metafísicas
Una cuestión surge al considerar si las representaciones racionales en forma e imagen, proporcionadas por los sentidos, realmente benefician al ser humano o se convierten en un obstáculo para su felicidad y verdadera pobreza de espíritu. ¿Por qué se nos otorgan estas imágenes? ¿Para qué sirve el don del discernimiento a través de los sentidos? Mi respuesta es la siguiente: mientras la multiplicidad y variedad puedan causar impresión en el ser humano, no puede prescindir de ese discernimiento racional que le permite relacionarse con el mundo exterior. Necesita y debe utilizar este discernimiento para aprender y vivir su vida en el tiempo, manteniendo cuenta de su condición y relaciones temporales. No puede permanecer pasivo, sino que debe esforzarse por armonizar su exterior con su interior, y es aquí donde el don del discernimiento racional resulta útil y necesario.
Sin embargo, el ser humano no solo debe estar desprendido de conocimientos y amor por las realidades naturales y sensibles para alcanzar la unión con Dios, sino también debe elevarse sobre la gracia y las virtudes. Estas, aunque importantes, son de naturaleza creada. ¿Qué es la gracia? Es una luz que Dios obra, crea e infunde en el alma para atraerla de lo corporal a lo espiritual, de lo temporal y pasajero a lo eterno.