Qué significa el nombre de la iglesia de Santa Maria de Sants

La ciudad de Barcelona cuenta con numerosos templos religiosos que guardan una gran riqueza histórica y cultural, entre ellos la famosa iglesia de Santa María de Sants. También conocida como Santa María de Sants, este hermoso lugar de culto es un importante punto de referencia en el icónico barrio de Sants. En este artículo, exploraremos el significado detrás del nombre de esta iglesia, así como su conexión con la historia del barrio y la comunidad local. Además, te contaremos todo sobre los horarios de misa en Santa María de Sants y su importancia en la vida de los habitantes y visitantes de la zona. ¡Sigue leyendo para descubrir más acerca de este emblemático lugar de culto!

santa maria de sants

Origen y significado del nombre de la iglesia de Santa Maria de Sants

La iglesia de Santa Maria de Sants es un templo religioso de origen románico ubicado en el barrio de Sants de Barcelona. Su construcción data del siglo XII y es una de las iglesias más antiguas de la ciudad.

Santa Maria de Sants debe su nombre a la virgen María, madre de Jesús y una de las figuras más importantes del catolicismo.

Según la tradición, en el lugar donde hoy se encuentra la iglesia había una ermita dedicada a la virgen desde el siglo VIII. Sin embargo, fue en el siglo XII cuando se decidió construir un templo más grande en honor a la virgen. De esta forma, nació la iglesia de Santa Maria de Sants.

El término Sants proviene del latín "santcti", que significa "santos". Durante la Edad Media, el barrio de Sants era conocido como "Los Santos de la Torre", debido a la existencia de varias ermitas y otros edificios religiosos en la zona. Así, el nombre de la iglesia hace referencia al lugar donde se encuentra ubicada y a su importancia dentro del barrio.

La iglesia de Santa Maria de Sants ha sido objeto de diversas reformas y ampliaciones a lo largo de los siglos, lo que ha hecho que su estilo arquitectónico sea una mezcla de distintas épocas. Sin embargo, mantiene su esencia románica y sigue siendo un importante centro de culto y devoción para los habitantes del barrio.

Una denominación que nos remite a la figura de la virgen María y al lugar donde se encuentra ubicada, el barrio de Sants.

2

En nuestra sociedad, el número 2 juega un papel fundamental en distintos aspectos de nuestra vida. Desde la ciencia hasta la religión, este número nos acompaña constantemente y tiene un significado poderoso.

En matemáticas, el 2 es considerado un número par y es la base de muchos cálculos y operaciones. También es el primer número primo y es utilizado en la mayoría de las estructuras numéricas, como el sistema binario y el sistema decimal.

En la vida social, el 2 tiene una gran importancia en las relaciones humanas. Somos seres sociales y necesitamos de la compañía de otros para vivir en armonía. El 2 representa la dualidad y la complementariedad, como el yin y el yang en la filosofía oriental.

Pero no solo en el mundo físico y social el 2 tiene un papel relevante. En la religión, el 2 también ocupa un lugar importante. En el cristianismo, por ejemplo, se habla de la Santísima Trinidad, conformada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, dando una vez más importancia al número 2.

Como se puede ver, el 2 es un número versátil y de gran significado en diferentes áreas de la vida. Es símbolo de equilibrio, unidad y dualidad al mismo tiempo. Por eso, debemos valorar y tener presente el poder que este número tiene en nuestra vida cotidiana.

Descubre la fascinante historia de Santa Maria de Sants el corazón de Sants

Situado en uno de los puntos más estratégicos de Barcelona, Sants es un barrio que mantiene su encanto de pueblo pequeño. Aquí, las tiendas con años de trayectoria conviven con vecinos que se reconocen y se dirigen por su nombre, mientras los niños juegan en las calles y plazas con alegría. Y es que, en Sants, existe un gran orgullo de formar parte de un barrio lleno de vida y con una rica historia.

Historia

La demarcación de Sant Andreu: un territorio en expansión

En la antigüedad, Sant Andreu era una parroquia que abarcaba gran parte del norte y noreste del llano de Barcelona, desde la muralla de la ciudad hasta las orillas del río Besòs. A partir del siglo X, esta zona se convirtió en una jurisdicción dotada de cierta autonomía.

La evolución de la iglesia de Santa Maria de les Arenes — Santa Maria del Mar —, que a mediados del siglo XI fue designada como parroquia, implicó un cambio en la demarcación de la antigua Sant Andreu de Palomar. Desde entonces, se excluyó del territorio todo lo que se hallaba al sur de la Riera de Horta, incluyendo la travesía hacia el mar. Además, la creación de la parroquia de Sant Adrià, en el siglo XII, también redujo su extensión al excluir la zona costera.

Una nueva definición de límites en el siglo XIV

En 1310, se llevaron a cabo labores de demarcación en el huerto y el viñedo de la ciudad de Barcelona. Esto incluía no solo las parroquias interiores de la ciudad, sino también las foráneas como Sant Martí de Provençals, Sant Vicenç de Sarrià y Santa Maria de Sants, que se situaban en estos terrenos.

Referencias romanas

La villa "Sanctis" se menciona en un antiguo documento datado en el año 995, haciendo referencia a los territorios que se mencionan en la escritura del obispo de Barcelona, Berenguer. En el año 1079, en la descripción de los límites de una finca que llegaba hasta el mar, se nombra la villa de Sants (Sanctis). En 1157, en la venta de una parcela de viña en la Villa de Sanctis, se menciona que limita con el alodio de Sancte Marie de Sanctis al este...

Por aquellos tiempos, la ciudad de Barcino (Barcelona), fundada por el emperador Julio Augusto, ya tenía una antigüedad de mil años. Un siglo antes de su establecimiento (10-5 años aC.), los romanos habían desembarcado y ocupado el territorio, asentándose en la extensa llanura entre el Besòs y el Llobregat (Lubricatus), entre Collserola y el mar. Esta llanura estaba salpicada por pequeñas colinas, donde se encontraban poblados íberos, que constituían la población autóctona de la zona. En una de estas colinas, el monte Tàber, los romanos decidieron edificar la ciudad que, con el paso del tiempo, se convertiría en la capital y sede del...

La futura Calle de Sants a través del tiempo

Durante varios siglos, el único medio para acceder a esta inmensa llanura de Barcelona era por Montcada y hacia el sur por Martorell. No era posible llegar por el lado del mar debido a las marismas y lagunas que inundaban la zona, lo que dificultaba la creación de un camino claro. Uno de los más importantes era la Vía Augusta, que salía del portal de Sant Antoni hacia el oeste y evitaba los pantanos para llegar a Creu Coberta. Allí, tomaba el camino de la Bordeta hacia Hospitalet y Cornellà. Un poco más adelante, otro camino se unía a la Vía Augusta y, con el paso del tiempo, se convertiría en la carretera que la conectaba con Zaragoza y Madrid.

Origen del nombre Sants un recorrido por su historia

Documentos y anotaciones diversas evidencian la existencia de Sants (Sanctis) durante la época romana, en medio de las luchas con los árabes y en las incursiones carolingias.

Además, en un documento anterior al año 985, ya se menciona a Villa de Sanctos, cuando el término "villa" hacía referencia a un territorio que rodeaba un conjunto de viviendas. El propio nombre de Sants (ad sanctos) sugiere su antigüedad y sugiere un lugar de culto. Sin embargo, la primera mención de una iglesia data del año 11.

Fue en el año 1828 cuando se construyó un templo de mayores dimensiones, lo que da pie a pensar en un crecimiento y desarrollo de la población. A partir de ese momento, Sants comenzó a tomar forma como una ciudad en sí misma, alejándose de su antiguo estatus de villa.

El origen de las principales arterias de Barcino

Durante ese siglo, los romanos demostraron su habilidad para aprovechar los recursos de la tierra. Principalmente, se dedicaron al cultivo de la viña y la extracción de vino y minerales, que luego embarcaban hacia Roma desde el puerto ubicado en el estuario del Llobregat. Todo esto sucedía cuando Marina todavía estaba inundada por el mar.

En aquel entonces, este territorio ya estaba densamente poblado con villas rurales, pero aún carecía de una ciudad principal que las uniera o una vía principal que la conectara con el resto del imperio. Sin embargo, el emperador Augusto tomó una importante decisión al respecto.

Fue él quien, en el siglo I a. C., ordenó la construcción de una ciudad, que se convertiría en el centro de toda la región y un importante punto de comunicación con el resto del imperio. Así, se fundó la ciudad de Barcino, que hoy conocemos como Barcelona.

Gracias a esta acción, se inició una etapa de prosperidad y crecimiento en el territorio. La construcción de una ciudad y una vía principal mejoraron la comunicación y el comercio, lo que permitió un mayor desarrollo económico en los alrededores y una mayor influencia en el resto del imperio.

Además, la producción de vino y minerales continuó siendo una actividad importante en la región, lo que permitió seguir obteniendo beneficios y generar más oportunidades de negocio. Todo ello, gracias a la sabiduría y la visión de los romanos, que supieron sacar provecho de la tierra y llevar a cabo importantes obras para el desarrollo de la región.

Los aspectos económicos

La región de la antigua Barcino destacaba por su prominente producción vitivinícola, la cual era exportada por vía marítima a la ciudad de Roma envasada en ánforas. Esta importante actividad también incluía la extracción de minerales, lo cual requería de una ciudad como centro administrativo y de control. Así fue como Barcino se convirtió en la urbe clave de esta amplia actividad.

A pesar de ello, en el resto de la llanura se mantenían las villas, aunque no hay evidencias concretas de que Sants fuera una de ellas. Sin embargo, a tan solo quinientos metros de la iglesia de Sants María de Sants, se han descubierto tumbas que sugieren la presencia de asentamientos en la zona.

Es fascinante pensar en la importancia que tuvo Barcino como motor económico de la región y su conexión con la antigua Roma. A través del puerto situado en el estuario del Llobregat, sus productos viajaban a una de las ciudades más poderosas del mundo antiguo. Y aunque las villas en Sants no hayan sido confirmadas, la presencia de tumbas nos permite imaginar cómo era la vida en esta zona hace tantos años atrás.

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