Significado y importancia de la exhortación en la Biblia para los cristianos
A lo largo del recorrido de todo fiel seguidor, considerando una "jornada" como una etapa o travesía en la vida cristiana, experimentamos periodos de gran prosperidad, así como también períodos de sufrimiento, pesar, desánimo e incredulidad. En esos momentos, es cuando precisamos una palabra de aliento.
El llamado a la acción en la Biblia El significado de la exhortación
Sin duda, la exhortación es una parte crucial e imprescindible del ministerio cristiano. Como bien escribió el apóstol Pablo en una de sus cartas, es importante que los creyentes se animen y fortalezcan mutuamente. En la Biblia, esta idea es traducida como "anímense" y proviene de la palabra griega parakaleó o exhortación (1 Tesalonicenses 5:11).
En primer lugar, es esencial comprender que la base de la exhortación siempre debe ser la Palabra de Dios. Los creyentes deben motivarse unos a otros mediante los principios bíblicos.
De esta manera, los cristianos pueden alentar a aquellos que se sienten desanimados, corregir a aquellos que han errado, aconsejar a aquellos que necesitan dirección, enseñar a los recién llegados en la fe a seguir los mandamientos del Señor y consolar a aquellos que sufren.
EXHORTACIÓN Significado Bíblico
El poder de la exhortación para motivar a la acción, un don espiritualLorem Ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Morbi vehicula tortor eget ipsum rhoncus, at bibendum ex fringilla. Sed eleifend facilisis nisi a bibendum. Quisque vel vehicula purus. Donec consectetur ligula non vestibulum scelerisque. Etiam vehicula, ipsum nec condimentum volutpat, purus massa cursus nisi, nec venenatis magna urna nec massa. Fusce et hendrerit sapien. Cras mollis, urna id posuere malesuada, odio velit ullamcorper sapien, vitae feugiat eros justo vitae ligula. Vestibulum sed lacus consectetur, ultricies libero ut, tempus nibh. Mauris eu orci urna. Aliquam ultricies hendrerit ligula a lacinia. Pellentesque auctor mauris eu vulputate lobortis. Etiam a lectus eu ex faucibus lobortis quis ac turpis. Duis felis lectus, tincidunt vel porttitor eu, dapibus vel dui.
Los creyentes, responsables de exhortarse mutuamente
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La Escritura como fuente de inspiración y exhortación
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El rol de la motivación en las Escrituras
La exhortación, un llamado a la transformaciónEn el Antiguo Testamento, los profetas eran mensajeros de Dios que exhortaban al pueblo de Israel a dejar sus caminos pecaminosos y regresar a Él. Por ejemplo, en Isaías 1:16-17 (NKJV), el profeta instaba a los israelitas a "lávese, límpiense" y a aprender a hacer el bien y buscar la justicia.
El poder transformador de la exhortación de Dios
Esta exhortación no solo invitaba al arrepentimiento, sino que también recordaba el poder transformador de la gracia y misericordia de Dios en la vida de Su pueblo. Cuando escuchaban y seguían Su llamado a vivir según Su Palabra, experimentaban una verdadera transformación.
La exhortación en la iglesia cristiana primitiva
En el Nuevo Testamento, la exhortación también jugaba un papel fundamental en la formación y el crecimiento de la iglesia cristiana primitiva. Los apóstoles, especialmente Pablo, a menudo exhortaban a los creyentes en sus cartas a permanecer firmes en su fe, amarse los unos a los otros y vivir vidas que honraran a Dios.
Permaneciendo firmes en la exhortación mutua
En Hebreos 10:24-25 (NKJV), el escritor exhorta a los creyentes a no dejar de congregarse, sino a estimularse mutuamente en el amor y las buenas obras. Al hacerlo, se fortalecerían unos a otros y se prepararían para la venida del Señor.
La exhortación, un recordatorio de vivir conforme a la Palabra de Dios
La exhortación, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, es un recordatorio constante de la importancia de vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. Nos llama a arrepentirnos de nuestros pecados, buscar la justicia, amar a los demás y edificarnos mutuamente en la fe. Así podemos experimentar la transformación y la plenitud que solo vienen de Dios.
La Inspiración de la Biblia El Significado de la Exhortación
Pablo, Juan y otros autores sagrados entendían esta palabra como una llamada íntima a los demás fieles, incluso cuando el llamado no era en persona, sino desde la prisión. Su uso de la exhortación en este contexto parece combinar dos significados -amonestar y alentar- debido a la urgencia y el corazón de la comunión detrás de lo que Pablo está escribiendo.
Según Douglas A. Campbell, "la iglesia de Corinto era un caos". Campbell afirma que las preguntas y preocupaciones sobre las reglas del matrimonio y el divorcio, el papel de las mujeres en la iglesia y el manejo del dinero, reflejan las interrogantes que enfrentan los primeros creyentes y las de cada generación en adelante. También se enfrentaron a la duda sobre la resurrección de Cristo.
Andy Rau explica que "Pablo recibió noticias de que la comunidad cristiana en Corinto se había sumido en diversos y graves errores morales". Los primeros corintios, escritos a una "iglesia corintia en medio de una lucha espiritual, no tuvieron la intención de reprenderles por sus defectos. Pablo desafió a sus hermanos y hermanas corintios a imitar a Jesucristo".
La Significación Bíblica de Amonestar o Amonestación
La Biblia nos enseña que el verbo "exhortar" proviene en su mayoría de la palabra griega "parakaleó". Este término transmite conceptos como convocatoria, ayuda, ruego, petición, amonestación, consuelo, estímulo, discurso persuasivo, reprimenda, instrucción, conciliación y súplica.
Por lo tanto, la exhortación es una práctica fundamental en la vida de cualquier cristiano, ya que, como miembros de la Iglesia de Cristo, es nuestro deber exhortarnos mutuamente.
De hecho, en este sentido, la exhortación se considera como un don espiritual que es otorgado a los creyentes del Cuerpo de Cristo según la gracia de Dios (Romanos 12:8). Por lo tanto, es importante cultivar este don y utilizarlo para edificar y fortalecer a nuestros hermanos en la fe.
El papel de los dirigentes en la motivación
La responsabilidad del liderazgo en la Iglesia del SeñorSegún la Biblia, aquellos que han sido llamados al ministerio del liderazgo en la Iglesia del Señor tienen una gran responsabilidad de exhortar y guiar a los miembros de las comunidades locales.
El apóstol Pablo habló de esta responsabilidad en su carta a Timoteo, instándole a predicar la Palabra sin importar las circunstancias, y a corregir, reprender y animar con paciencia constante, nunca dejando de enseñar (2 Timoteo 4:2).
En los Hechos de los Apóstoles, encontramos otra referencia a la importancia del liderazgo en la Iglesia cuando el apóstol Pablo advierte a los líderes de la comunidad a cuidar no solo de sí mismos, sino también del rebaño a su cargo, ya que han sido puestos por el Espíritu Santo como obispos (Hechos 20:28).
En el ámbito teológico
El término exhortación se deriva del griego, específicamente de paraklésis, que se podría traducir como llamamiento o consolación. En el Nuevo Testamento se hacen diversas referencias a este concepto y generalmente se utiliza para mencionar el don de convencer o animar a otros a través de las palabras. Jesucristo también usó la exhortación con sus seguidores, proponiéndoles un comportamiento que debían seguir (a través de parábolas que ilustraban sus enseñanzas).
Poner en práctica la llamada a la acción en nuestro día a día
En el camino de la fe, es nuestro deber como creyentes seguir el ejemplo de la exhortación bíblica. A través de diversas acciones, como compartir las Escrituras, orar juntos y brindar apoyo en momentos de necesidad, podemos alentar y fortalecer nuestras relaciones.
También es nuestra responsabilidad mutua fomentar una vida piadosa. Esto implica, en ocasiones, amonestarnos con amor y humildad cuando nos alejamos del camino correcto. Como nos enseña Pablo en Gálatas 6:1 (RVXNUMX):
"Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado".
Al acercarnos con humildad, podemos ayudar a restaurar a nuestros hermanos y hermanas en la fe.
Por último, la exhortación también es crucial para fomentar la unidad y el amor en la comunidad cristiana. Al apoyarnos, alentarnos y desafiarnos unos a otros, demostramos el amor de Cristo y fortalecemos nuestra fe. Jesús mismo nos lo recuerda en Juan 13:34-35 (NKJV):
"Un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros, como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros".
Así, a través de la exhortación, podemos cumplir el mandamiento de amarnos unos a otros y ser verdaderos discípulos de Cristo.
