Descubre la importancia de las Témporas de acción de gracias en tu vida

Las Témporas son jornadas de agradecimiento y súplica que los miembros de la religión cristiana ofrecen a Dios después de culminar las vacaciones y la recolección de las cosechas, al comenzar nuevamente con sus actividades habituales.

temporas accion de gracias

Sentido de la celebración

San Jerónimo plantea una interesante paradoja al afirmar que no es la fiesta la que precede a la asamblea, sino que es la asamblea la que genera la fiesta. De hecho, él sostiene que verse unos a otros es la fuente de un gozo mayor (Comm, In epist. ad Gal., 1. 2, c.4, PL 26, 378).

En realidad, los fieles se congregan en asamblea principalmente para celebrar con alegría y acción de gracias los acontecimientos del misterio de la salvación. También se reúnen en momentos de penitencia o petición ante diversas necesidades.

Todos estos aspectos se han unido desde los primeros siglos de la Iglesia en la creación de los llamados "tiempos" de celebración, conocidos como "las cuatro témporas".

Las celebraciones del día según el santoral este martes de octubre

Hay otro aspecto importante que se une a los anteriores mencionados: la petición para que no falte la ayuda del Dios misericordioso. Es cierto que no necesitas nuestras alabanzas ni bendiciones, pero inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias.

El origen de las Témporas se encuentra en Roma, donde se realizaba un agradecimiento por el tiempo que preparaba los frutos para la cosecha. Excepto en primavera, durante el resto del año se llevaba a cabo esta celebración.

Además, en el mes de mayo se realizaba el Sacramental de las rogativas para pedirle al Señor que bendijese las cosechas que pronto se realizarían. Antiguamente, esta celebración duraba tres días. Un día se agradecía, otro día se pedía perdón por los pecados con un sentido expiatorio y en el tercer día se oraba por la bondad del Señor en las cosechas y en el alma de los hombres, derramando grandes dones.

Clemente de Roma Papa

En nuestras oraciones y súplicas, pedimos al Creador de todo lo existente, que proteja por todo el mundo a aquellos que ha elegido, a través de su amado Hijo, Jesucristo. Fue él quien nos llamó de las sombras a la luz, de la ignorancia al conocimiento de su gloria.

Tú nos has llamado para que siempre pongamos nuestra esperanza en tu nombre, Señor, ya que él es el principio de toda criatura. Con tu amor, abriste los ojos de nuestro corazón para que te reconozcamos como el Único Altísimo, que reina en los cielos más elevados y es el Santo que habita entre los santos. Eres tú quien derriba la arrogancia de los soberbios, frustra los planes de las naciones, eleva a los humildes y abate a los orgullosos. Tú das riquezas y también las privas, eres quien da la muerte y quien da la vida.

Tú eres el único que puede dar el bien a los espíritus y el Dios de toda la humanidad, que conoce los abismos más profundos y escudriña las acciones de los hombres. Tú eres el que ayuda a los que están en peligro, el salvador de los desesperados, el creador y protector de todo ser humano.

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