Explorando las Catacumbas de Domitila: Historia, Arquitectura y Misterios

Las Catacumbas de Domitila son un cementerio subterráneo de origen cristiano que lleva el nombre de la familia que lo mandó excavar inicialmente. Se encuentran ubicadas en la ciudad de Roma, Italia y están situadas a una profundidad de más de 16 metros, a una distancia aproximada de 2 kilómetros al sur de la Vía Apia, también conocida como la Appia Antica. Se extienden a lo largo de un tramo de 15 kilómetros de longitud y fueron utilizadas como lugar de enterramiento entre los siglos I y V d.C. en Roma. Fue redescubierto en el año 1593 por el arqueólogo Antonio Bosio, quien estimó la existencia de más de 26.000 tumbas en el lugar. Recientemente, se han llevado a cabo trabajos de restauración utilizando tecnología de láser, lo cual ha permitido una mayor claridad en la visualización de las pinturas y símbolos en las paredes. A diferencia de otras catacumbas romanas, en las Catacumbas de Domitila aún se pueden encontrar restos humanos.

Pinturas muraleseditar

En las Catacumbas de Domitila hay varias representaciones que muestran la vida de los panaderos, viñedos con uvas, Jesús junto a sus apóstoles, el Arca de Noé y Daniel frente a los leones. Algunas de estas imágenes fueron reveladas a través de un proceso de restauración. En otros cubicula se pueden encontrar figuras bíblicas como la Virgen María con el niño, Adán, Eva, Jonás, el Buen Pastor y un joven que viste como cardenal acompañado por Pedro y Pablo. Además, también se pueden ver figuras no bíblicas o paganas, como representaciones de la primavera y el verano en forma de mujeres aladas, con asistentes a su lado.

Retrosanctos en las catacumbas

En las afueras del santuario de s. Nereo y Aquileo, al lado del ábside de la basílica, se encuentran numerosas sepulturas cuyo propósito es estar cerca de los mártires enterrados allí a finales del siglo III. Esta sección, que data de los inicios del cementerio, es caótica y ha sido excavada en profundidad desde el siglo II. Durante el papado de Dámaso (366-84) y luego con Siricio, la basílica fue ampliada hasta adquirir su forma actual. En el siglo IV, la basílica resaltaba del terreno, con su parte superior elevada, mientras que el suelo se encontraba en un segundo nivel bajo la catacumba. En el siglo VIII...

En 1593, Antonio Bosio hizo el descubrimiento de estas catacumbas cerca del final del siglo XVI, sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando se llevaron a cabo excavaciones por parte de Giovanni Battista de Rossi. Durante estas excavaciones, se revelaron una serie de tumbas en cubículos y arcosolios profusamente decorados. En una de ellas, encontré una representación de Jonás que me impresionó en particular. Esta área es conocida como la zona de los "fornai" o panaderos, y en lo más alto, destaca una enorme imagen del Buen Pastor, una de las figuras más icónicas y representadas de estas catacumbas.

Restauracióneditar

En las catacumbas, se pueden encontrar paredes construidas con toba, un tipo de piedra caliza porosa.[4]​[2]​ A finales de 2017, se llevó a cabo una restauración en la cual se implementaron láseres como herramienta para recuperar el aspecto original de dos habitaciones.[1]​ Estos profesionales se esforzaron por eliminar de manera cuidadosa las capas de algas, los residuos de humo y una sustancia calcárea que habían dañado las paredes.[1]​ Como resultado, revelaron frescos de inspiración pagana y cristiana en su máximo esplendor.[4]​

Sin embargo, es importante mencionar que aún quedan muchas habitaciones en las catacumbas que aún no han sido restauradas. De hecho, solo 12 de las aproximadamente 70 habitaciones han sido tratadas hasta ahora.[5]​ Esto significa que todavía hay una gran cantidad de obras de arte y estructuras antiguas esperando para ser recuperadas y preservadas para las futuras generaciones. ¡Imagínate todo lo que estas catacumbas podrían revelar una vez que sean completamente restauradas y exploradas!

El poder femenino en acción

La mujer que prestó su nombre a estas catacumbas fue Flavia Domitila. Ella era sobrina de Flavio Clemente, cónsul en el año 95 d.C. y también era pariente de la familia imperial, ya que su tío se había casado con otra Domitila, sobrina de Vespasiano. Flavia Domitila era dueña de estos terrenos, los cuales cedió a varios libertos poco antes de ser exiliada por el emperador Domiciano a la isla de Ponza al descubrir que era cristiana.

Dentro de estas catacumbas se encuentra un pequeño cubículo excavado detrás del ábside de la basílica de S. Nereo y Aquileo, que alberga el arcosolio de Veneranda. Este arcosolio muestra un fresco que testimonia el culto a Santa Petronila, a quien se considera en la tradición como hija de San Pedro. Se cree que esta mártir podría estar enterrada muy cerca, en esta misma parte de las catacumbas de Domitila.

El fresco, realizado después del año 356, representa a una chica con túnica y palio que guía a Veneranda hacia el jardín del paraíso. Mujeres que se ayudan, acompañan y abren las puertas del paraíso. Mujeres fuertes de Roma, que sirven como ejemplos para conquistar la corona y la palma de la victoria que antiguamente solo los generales triunfadores obtenían.

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