María Puerta del Cielo: descubre el significado detrás de la Asunción

La celebración del 15 de agosto, en honor a la Asunción de la Virgen María, es una antigua y arraigada tradición, aunque no está explícitamente mencionada en las Sagradas Escrituras. Además, no existe una tradición clara y continua al respecto. Sin embargo, es innegable que desde el principio, basándose en la fe y también en la lógica, nunca se ha dudado de la incorruptibilidad de su cuerpo. Aunque la información al respecto sea fragmentaria, este hecho es innegable.

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Investigación La Celebración de la Asunción de la Madre de Dios

El culto a la Madre de Jesús ha sido venerado desde épocas tempranas. Las peregrinaciones a lugares de muerte, como la Tumba de María Santísima Madre de Jesús en la basílica teodosiana de Getsemaní, y su entierro, han inspirado innumerables textos e imágenes que muestran la intensa devoción hacia ella. El Papa Pío XII, en la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus del 1 de noviembre de 1950, define el dogma de la Virgen María y describe la urgencia y el fervor con el que fue recibido por los creyentes.

La esencia del ser de María su ánimula

En los brazos de Cristo, la imagen de la pequeña y tierna recién nacida adquiere un significado que va más allá de lo convencional. En la antigüedad clásica, el alma de los difuntos solía representarse como pequeñas figuras desnudas y aladas. Sin embargo, no puede establecerse una comparación directa entre estas y el alma cristiana.

El emperador Adriano expresó su añoranza de forma melancólica en unos hermosos versos que Marguerite Yourcenar eligió para comenzar "Memorias de Adriano": "Animula vagula blandula...", que se traduce como "Pequeña alma perdida y gentil...". Con su saludo a su alma, el emperador romano sugiere su fragilidad y su naturaleza etérea, sin un destino definido. En contraste, no se puede equiparar con la figura cristiana de María. De hecho, las "animulae Mariae" están arraigadas en las tradiciones orientales, como se ve en el ciclo de mosaicos de la iglesia de San Salvatore en Chora, en Estambul.

En ese lugar, la figura de María se presenta de manera distinta a lo que estamos acostumbrados a ver en el arte occidental. Se la muestra como una figura en constante cambio, desde su juventud hasta su maternidad y su vejez. Esta representación refleja la idea de que María es una figura cercana a la humanidad, con una evolución constante que nos inspira y nos conecta con ella.

El valor simbólico de la figura de María en la tradición cristiana es innegable. Su importancia radica en su capacidad de representar la fragilidad humana y, al mismo tiempo, la fuerza divina. En los brazos de Cristo, la imagen de la recién nacida viene a representar la pureza y la inocencia, pero también la promesa de una vida llena de amor y protección.

Una imagen enriquecedora que nos acompaña a lo largo de la vida y nos conecta con lo más profundo de nuestro ser.

La conexión eterna entre Jesús y María

La Dormición de María:

La representación de la Dormición de María es una parte importante dentro de un ciclo más amplio en el que se cuentan tanto sus historias como las de Jesús. Sin embargo, existen algunos casos en los que la composición no sigue un orden cronológico, sino que parece tener un propósito claro de transmitir un mensaje completo y preciso. Un buen ejemplo de ello son los mosaicos de la Martorana de Palermo, que datan del siglo XII.

En dichos mosaicos, encontramos dos figuras opuestas reflejadas en el interior de un arco. Por un lado, se representa el nacimiento de Jesús y por el otro la dormición de María. En el centro, destaca la presencia de una estrella que simboliza un elemento fundamental en ambas historias.

María clave del paraíso y destino de la humanidad

Otra perspectiva sobre la figura del "animula" de María en las obras de arte nos lleva a reflexionar. Esta pequeña figura, con su frágil apariencia, nos parece aún más cercana debido a su diminuto tamaño. Es un ejemplo humano, una meta a la que podemos aspirar, un modelo de humildad que podemos imitar, y en quien podemos confiar para recibir protección. Esta idea queda aún más clara con las palabras del Papa Francisco, quien nos recuerda que la fiesta de la Asunción de María es una invitación a todos, especialmente para aquellos que padecen dudas y...

Una iconografía emblemática

Los estilos, convenciones pictóricas y perspectivas evolucionaron, pero el esquema básico se mantuvo, hasta llegar a ser estereotipado o disuelto, especialmente en el siglo XV. Por ejemplo, en una obra de Mantegna, María es retratada con su rostro marcado por el paso del tiempo y su "animula" parece una estatuilla transparente en las manos de Cristo, sentado en un trono, observándolos desde arriba, en la distancia. La cúspide de esta progresiva disolución iconográfica se evidencia en una obra de Caravaggio, que hace resaltar su humanidad de forma abrumadora...

Madre pura fruto de tu descendiente

La emotividad que se refleja en todas las pinturas que representan a María con el Niño es la misma que el Hijo siente hacia su Madre, quien acaba de nacer, como en el retablo de Giotto resguardado en Berlín. Allí, la pequeña extiende sus manos hacia él en sus brazos y se miran intensamente a los ojos, en una escena similar a la Natividad de los Scrovegni.

En estas imágenes podemos comprender plenamente aquellos versos de Dante en el XXXIII Canto del Paraíso: "Virgen Madre, hija de tu hijo".

El misterio de las Sagradas Escrituras

En el siglo IV, se detectaron los primeros signos del silencio de la Escritura con una explicación de San Epifanio de Salamina. Dios lo había realizado con precisión para no causar un asombro excesivo en la mente de los seres humanos.

Por otro lado, los evangelios apócrifos, como los relatos del Transitus o la Dormitio Mariae, divulgaban detalladamente la muerte de la madre del Señor y su entierro. Algunos ejemplos de estos relatos son el libro del Pseudo-Juan Evangelista, el libro del Pseudo-Melitón de Sardes, el Tránsito Romano y el Tránsito Sirio.

El más prestigioso de estos textos fue el del Pseudo Dionisio Areopagita, quien influyó fuertemente en sus sucesores y en los escritos homiléticos de los siglos VIII y IX. Incluso la Leyenda aurea, un libro escrito por Jacopo da Varazze que fue una gran fuente de inspiración para la iconografía cristiana medieval, lo menciona constantemente.

La Belleza Encarnada en María

En la historia del arte, María es una figura ampliamente representada, no solo en contextos cristianos. Su muerte y ascensión han sido plasmadas en diversas formas de iconografía, siendo una de las más conocidas la denominada "Dormición de María" de origen oriental. El ejemplo más antiguo data del siglo VI y se encuentra en una pieza de terracota proveniente de Scitopoli (actual Beth She-Sn). En ella, María aparece rodeada por los apóstoles en su momento de descanso eterno, siendo considerada como una figura de devoción y panegírico. Lamentablemente, el...

En el siglo X, en un marfil expuesto en el Museo Metropolitano, se representa a María acostada junto a los apóstoles y con dos ángeles descendiendo desde lo alto. En el centro de la figura, Jesús levanta a un recién nacido envuelto en pañales, simbolizando el alma de María. Este tipo de representación no solo se limita al contexto oriental, sino que también se encuentra en el arte italiano, sobre todo en las regiones del sur, como en el Salento, y se expande por toda la península hasta llegar a Venecia, conocida por su fuerte influencia oriental. En las regiones del...

Oración

Mi amada Madre,

Tú, que eres la Puerta del Cielo,
eres el paso perfecto que nos conduce a Jesús.
Siempre alumbrando mi camino,
tú eres mi sendero luminoso y protector.
Confío en ti y me acerco a ti,
ilumíname para poder verte en la oscuridad.
Permíteme extender mi mano y tomar la tuya,
para que juntas atravesemos este valle de dolor.

Tengo la certeza de que con tu ayuda,
podré caminar con la mirada en alto,
y con los ojos puestos en tu Hijo,
a quien tú nos conduces como propósito de vida.
Tú, que fuiste creada por El Padre,
para ser la Puerta del Cielo,
la puerta hacia Dios.

Por todo eso, querida Madre,
hoy en ti y por ti...

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