Oración sanadora en la Novena a la Virgen de Lourdes en tiempos difíciles
Las manifestaciones a Santa Bernardita han demostrado que Nuestra Señora de Lourdes está atenta a nuestras dolencias: tanto físicas como emocionales y espirituales... Por esta razón, resulta reconfortante saber que podemos encomendarle nuestras súplicas por la recuperación de nuestro bienestar físico y emocional mediante una novena, tal como lo realizan miles de fieles peregrinos que se dirigen hacia el santuario.
Ceremonia en honor a la Virgen de Lourdes Planificación de la Novena
En los momentos de humillación y rechazo de mis superiores y compañeras, me refugio en las palabras de nuestro Señor, quien dijo: "Soy Yo, no teman". Esta gracia recibida me llena de agradecimiento hacia Él.
El resplandor de la cueva
El poderoso símbolo de la Santa Cruz + nos protege de aquellos que nos desean mal. Por ello, humildemente nos dirigimos a ti, Señor, para que nos libres de todo aquello que amenace nuestra paz y seguridad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, confiamos en tu protección.
Madre Inmaculada, tu amor y bondad no conocen límites. Apareciste en la humilde gruta de Lourdes para instruir a la joven Bernardita y demostrar tu misericordia hacia la humanidad. Te suplicamos, por tu intercesión, que llenes nuestros corazones de alegría y esperanza. Al igual que brotó un manantial de aguas cristalinas de aquella gruta, te pedimos que derrames sobre nosotros las dulces y fértiles aguas de la gracia, que calmen nuestras ansias terrenales y purifiquen nuestra alma para que un día podamos entrar en la gloria del cielo. Amén.
En palabras de Jesús, "yo soy la luz del mundo". Si lo seguimos, no caminaremos en la oscuridad, sino que tendremos la luz de la vida. Juan 8, 12.
Objetivo de la novena
El poder de la meditación diaria en Nuestra Señora de LourdesTodos los días, tomemos un momento para meditar en la Virgen de Lourdes y pedir su intercesión en nuestras vidas. Con su amor y bondadosa presencia, podemos alcanzar una sanación integral: física, emocional y espiritual.
Dirijámonos a ella con fe y esperanza, confiando en su capacidad de canalizar las bendiciones divinas hacia nosotros. Enfocados en su amor maternal, abramos nuestro corazón y mente a las gracias sanadoras que nos puede otorgar.
Junto a Nuestra Señora de Lourdes, pidamos el bienestar y la curación, tanto en nuestro cuerpo, como en nuestras emociones y alma. Sigamos su ejemplo de humildad y devoción, y dejemos que su presencia en nuestras vidas nos lleve a una mayor comunión con Dios.
Recuerda, la práctica de la meditación diaria en Nuestra Señora de Lourdes puede marcar una enorme diferencia en nuestras vidas. Confía en su poder y amor, y sigue buscando su ayuda para alcanzar la sanación y paz que tanto deseamos.
Oraciones breves en honor a la Virgen de Lourdes
Cada día, podemos encomendar una intención especial a la Madre María y dedicar un tiempo de oración a Nuestra Señora de Lourdes. Esto puede ser acompañado por una recitación del Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre, culminando con una oración a la Santa Virgen de Lourdes.
"Virgen María, salud de los enfermos, tú que sanas los cuerpos para curar también las almas, escucha nuestros fervientes deseos. Sé la esperanza de aquellos que sufren y que confían en ti, permitiendo que su fe sea recompensada con éxito. Misericordiosa Virgen, cuyo nombre es sinónimo de milagrosas curaciones, renueva nuestra esperanza. Te suplicamos que intercedas por nosotros y por los nuestros, Madre de Lourdes."
Además, también podemos orar a Nuestra Señora de Lourdes a través del Rosario y sus misterios. De hecho, en Lourdes (Francia), se reza el Rosario todos los días a las 3:30 pm. Si no puedes asistir en persona, puedes seguir la transmisión del Rosario a través de este enlace.
Recibiendo Bendiciones de Nuestra Madre en Hozana Novena a Nuestra Señora de Lourdes
Una hermosa propuesta de Hozana: novena a la Virgen de Lourdes, con oración, reflexión y meditación diarias, culminando en una oración final. Al finalizar, se recomienda rezar un Padre Nuestro, una decena de Ave Marías y otras invocaciones.
La mejor manera de terminar esta novena es asistiendo a misa y comulgando el 11 de febrero. Además, se nos invita a recibir el sacramento de la reconciliación durante este tiempo.
Descubre el resto de la novena a la Virgen de Lourdes en Hozana, haciendo clic aquí. Así podrás confiar tus intenciones a Nuestra Señora de Lourdes y unirte a los oradores de nuestra red social.
Oración de la novena
Querida y entrañable Virgen de Lourdes, amada Madre de Dios y de todos nosotros. Entre sollozos y con corazones afligidos, nos acogemos a tu maternal ser en estos tiempos difíciles de enfermedad, implorando que derrames abundantemente el tesoro de tu misericordia sobre nosotros. Si bien somos pecadores y merecedores de ser ignorados, tenemos la fe en que nunca has dejado de escuchar a aquellos que buscan tu intercesión. ¡Oh, tierna Madre! ¡Oh, bondadosa Madre! ¡Oh, dulce Madre! Como sabemos que Dios hace maravillas a través de ti, sanando a incontables víctimas del sufrimiento en la prodigiosa Cueva de Lourdes, te pedimos que también dirijas una mirada de bendición hacia (nombre del enfermo/a) quien se encuentra...
Te rogamos, Madre amable, que intercedas ante tu Hijo para que tome en cuenta nuestras súplicas y alivie el sufrimiento de aquellos que tanto amamos. Confiados en tu poder y en tu amor infinito, te pedimos que nos envíes ese bálsamo celestial que tanto necesitamos en estos momentos. Como madre compasiva que eres, sabemos que no nos abandonarás y que nos sostendrás en tus brazos amorosos, guiándonos hacia la sanación y la paz.
Oh Virgen santísima, esperanza de los enfermos y refugio de los afligidos, te encomendamos nuestras penas y las de nuestros seres queridos en estos momentos de incertidumbre y dolor. Con el corazón lleno de fe y de amor, te pedimos que nunca nos dejes y que siempre nos acompañes en este camino de pruebas y aprendizajes.
Confiamos en tu bondad y en tu intercesión poderosa, oh Madre de Lourdes. Que tu amoroso manto nos cubra y nos ampare, protegiéndonos de todo mal y mostrándonos el camino hacia la esperanza y la curación. En ti confiamos, oh María, dulce y siempre dispuesta a escuchar nuestras plegarias. Amén.